Rafael Gamboa Soto .-
Este domingo 2 de marzo se festejó una corrida de toros mixta, con la despedida al rejoneador español Pablo Hermoso de Mendoza y los toreros Alfonso Hernández, El Pali y Alfredo Ríos, El Conde.
Espectacular plaza y excelente tarde-noche para festejar la fiesta más controvertida en la actualidad.
El Pali en sus dos toros mostró su escuela, pero los astados no le permitieron lucir su arte, de hecho, el primero al salir de los toriles fue a dar un completo envión sobre un burladero, perdiendo su pitón izquierdo, lo cual provocó que el respetable chiflara y exigiera su regreso a los corrales; sin embargo, continuó ha corrida, llevándose sólo el toro aplausos en su arrastre.
Por su parte, Alfredo Ríos, El Conde, toreo con pasión y mucha temeridad al segundo, y quinto, obteniendo del primero dos merecidas orejas y del segundo los aplausos de un público que le gustó su carácter y entusiasmo, pues constantemente pedía a la banda tocar música de Nayarit, 2 merecidas orejas y aplausos fueron su premio y acarició sin tener la salida triunfante de la plaza.
En cuanto a la figura española, que a caballo llenó de destellos de arte el ruedo de la monumental plaza de toros de don Antonio, recibió aplausos en el primero y dos orejas y el rabo en su segundo (Este último muy cuestionable) para convertirse en el triunfador de la noche. Sus caballos hermosos de rienda sumamente educada.
La monumental de don Antonio se ha significado por ser siempre una sede taurina llena de anécdotas, como le pasó a la cuadrilla de picadores con el segundo y quinto toros, los que derribaron al mismo picador, el cual ataviado a la usanza española y emulando las curvas y líneas de Botero, no podía levantarse para poner a salvo su dignidad, ya que su vida fue protegida a capotazos por mosos y cuadrilleros de la plaza.
También tuvo un gran significado la gritería que armó el vendedor de las papas, quien se fue con todo menos su voz, que la desgañitó totalmente gritándole a los de grana y oro todo tipo de recomendaciones, cual maestro de tauromaquia.
La parte emotiva fue la despedida del torero de caballo coincidente con la celebración del cumpleaños de Toño Echavarría Domínguez, presidente del Grupo Álica.
Una buena tarde, con un gran público y un buen espectáculo que tuvo sus claroscuros, pero también el brillo del arte más controvertido de nuestro tiempo.