Entre los corrillos políticos y pláticas de café y banqueta se dice que el Congreso del Estado de Nayarit ya aprobó en comisiones la iniciativa de reforma al Código Penal que despenaliza el aborto y que, el día de hoy, viernes 24 de enero, pasa al pleno para ser discutida y, en su caso, aprobaba. Debido a esto de inmediato han salido grupos colectivos, algunos de ellos identificados con el movimiento conocido como Provida, haciendo un llamado a los legisladores locales para que no aprueben esta iniciativa.
Pero también ha entrado a esta polémica la Diócesis de Tepic en voz del obispo, Luis Artemio Flores Calzada, quien envió una carta a la actual legislatura pidiendo a los legisladores que reconsideren su postura ante esta iniciativa por el respeto a la vida desde la concepción y esta postura de la Diócesis de Tepic es lo que llama más la atención, pues si bien el mismo obispo Flores Calzada abandera que su postura es respetando la separación constitucional Iglesia-Estado, en el fondo no es así, pues al opinar una de las Iglesias establecidas en nuestro país respecto a las leyes terrenas, se está saltando claramente lo que significa dicha separación.
Según los enterados en lo que significa el Estado Laico que rige en nuestra Nación, la separación Iglesia-Estado no significa prohibición alguna, sino que al contrario, le da libertad de culto a todos los mexicanos y mexicanas; libertad de creer o no creer en alguna manifestación religiosa y que, por lo tanto, las Iglesias registradas como tales en México están obligadas únicamente a su ministerio, a proclamar la buena nueva, sus evangelios, sin inmiscuirse en los temas y leyes terrenales, leyes y temas que rigen para el comportamiento de la sociedad y, como en dicha sociedad hay diversidad de cultos, ninguna de las leyes le puede dar preferencia a un solo pensamiento exclusivo, es decir, deben de ser de forma laica sin cargarse a ninguna preferencia religiosa que, por cierto, la mayoría de las creencias divinas, si no es que todas, son de origen extranjero y que derivan de una cruenta invasión.
De ahí que los legisladores no tienen por qué tomar en cuenta lo que diga el obispo Luis Artemio Flores Calzada, pues ningún legislador debe votar una iniciativa de ley de acuerdo a sus propias convicciones y creencias, pues como representante público se supone que debe legislar para todos sus representados y no nada más para los que piensan como él, pues debe prevalecer el respeto a las ideas y creencias de sus representados en el entendido de que no todos profesan la misma religión y de que entre los habitantes en sus distritos también hay libres pensadores.
Claramente se ha visto hoy en día en que la Iglesia Católica se ha desatado más cada día tal vez debido a que en los tres niveles de gobierno federal, estatal y municipal no ha habido gobernantes que les pongan un alto haciéndole ver no nada más a la Católica, sino a todas las Iglesias que siempre debe prevalecer el Estado Laico y que, por lo mismo, no hay preferencia alguna hacia ninguna de estas Iglesias, las que deben y deberían dedicarse única y exclusivamente a su culto y dentro de sus templos y no en las calles y menos ante los medios de comunicación. Esto se entiende debido al poder de penetración que podría tener entre los feligreses lo que diga o haga un ministro de culto ya sea sacerdotes, presbíteros, pastores, guías espirituales, etcétera.
Es probable que el aborto exista entre la humanidad desde su aparición en este planeta como especie, se ha documentado que abortos los hay de muchos tipos y variantes ya sea espontáneos o provocados, pero todos con algún fin determinado, así que por más penalizado que esté el aborto de todos modos los seguirá habiendo; así que qué mejor que se den en clínicas con todas las medidas de seguridad e higiene y no en cuartos oscuros al fondo de una vecindad con utensilios sin esterilizar, pinzas sucias e infectadas y métodos que podrían causar hemorragias fatales o mínimo con graves consecuencias.
No se puede tapar el Sol con un dedo, así que, aunque no se despenalice el aborto de todos modos seguirán por más prohibidos que estos sean en el entendido de que cada cabeza es un mundo y si una mujer decide no seguir con un embarazo, pues sus razones muy profundas las tendrá y no nada más por haber sido embarazada mediante una violación, sino por otras circunstancias adversas en las que mucha gente no piensa que una mujer que decide abortar las pudiera tener.
Sea pues. Vale.