Opinión

Con todo el apoyo de la legalidad, la abogada penalista Claudia Elizabeth de la Rosa Carrillo reclama un espacio en el Tribunal Superior de Justicia de Nayarit, de acuerdo a lo documentado por el licenciado Higinio Madrigal Montaño ante su servilleta, mis justos lectores.

Y así es porque si en los hechos las autoridades electorales se ciñen a lo que mandata la reforma a la Ley del Poder Judicial, en el sentido de dar a los ciudadanos la facultad de elegir a jueces, magistrados y ministros, ella es merecedora toda vez que sacó una amplia ventaja en votos a su más cercano competidor, pues entre uno y otro hay una diferencia de más de 800 sufragios.

Y aunque las mismas autoridades le entregaron constancia de mayoría a Román Salazar, que compitió para reelegirse, lo cierto es que con apego a lo legal se tendrá que realizar la rectificación, porque aparte de cumplir con el principal objetivo de la reforma, que es transformar al Poder Judicial por la vía democrática, hay más elementos de peso que dan soporte a la impugnación presentada por De la Rosa Carrillo.
Uno de ellos es que cuenta con las acciones afirmativas rubricadas por representantes de grupos vulnerables y pueblos originarios, que fueron los que entre muchos otros le dieron su respaldo, para salir avante sin la necesidad de ser incluida en los famosos acordeones que a otros les dieron la victoria.

Ahora que si hay remisión al tema de la paridad de género en el número de magistraturas en el TSJ de Nayarit, no hay impedimento alguno para ella toda vez que actualmente la composición es de 8 hombres por 5 mujeres.

Por si esto fuera poco Claudia Elizabeth tiene el reconocimiento a su trayectoria de muchos de sus compañeros en el ejercicio de derecho, entre los que está Hugo Aguilar Ortiz, quien está perfilado para ser el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

SECRETO A VOCES: Dicen que con todos estos elementos lo único que resta por decir es: Más mezcla maistro, o le remojo los adobes.