Del mensaje que dio a los nayaritas el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero, en el marco del evento por su Tercer Informe de Gobierno, su servilleta, mis leales lectores, quiere destacar tres puntos por considerar que son torales para el entendimiento de quienes escucharon.
Los tres, creo, tienen mucho que ver con lo que el mandatario requiere de sus colaboradores y de quienes están en otros órdenes de gobierno, para que los resultados que se ofrezcan sean mejores.
También tienen que ver, considero, con la invitación a no seguir con el juego de los mareos propiciado muchas veces por seguidores o gobernados que aprovechan el reducido intelecto de los que mandan.
Me refiero a estos tres puntos sin el afán de ignorar las cosas buenas que se han logrado en los primeros tres años de gobierno del doctor, pero sí con las ganas de aportar un poco a lo que pienso es importante no dejarlo de lado.
Cuando el gobernador dijo que prefiere soportar una demanda cada vez más creciente, a tener una sociedad enmudecida ante la falta de respuestas que estoy obligado a dar, sin duda buscó englobar en su reflexión a todos aquellos que tienen la obligación de atender al pueblo, pero no siempre están dispuestos a escucharlo y menos a tolerarlo.
Ahora, cuando mencionó que para estar en la función pública se necesitan conocimiento y responsabilidad, pero sobre todo sentimientos, siento que definitivamente se refirió a los que les gusta estar donde están, pero no para trabajar en lo que les corresponde, sino por motivos totalmente ajenos a la vocación de servicio.
Y más para entenderse fue cuando expresó: Es preferible la crítica de la gente a la que no servimos, que estar aplaudiendo los desmanes que se llegan a hacer, las irregularidades y los excesos que se cometen en el ejercicio del poder.
SECRETO A VOCES: Dicen que el Gobernador sabe que dentro de la función pública no están sólo los que deben estar.